viernes, 12 de septiembre de 2008

Leonardo Farkas, empresario

Se atropella al hablar, usa brazaletes de diamantes, lleva una melena tan rubia como rulienta, maneja un Rolls-Royce cuyo permiso de circulación cuesta diez millones de pesos, construye casas para los pobres, se codea con el príncipe Alberto de Mónaco y trae a KC and the Sunshine Band para su cumpleaños. Acá el mundo del exitoso empresario minero que sin complejos habla de plata y lo que es mejor, la gasta.

Por Lorena PENJEAN

Preséntese…
Soy una persona como cualquier otra, que me ha ido bien en la vida porque he sido muy trabajador y he tenido la fuerza para seguir mis sueños. No sé cómo se dice en spanish… pero si me preguntas por the secret of success, el secreto del éxito, te diré que es to have… es tener las agallas. Hay que atreverse y luchar por los sueños.

Habrá también algo de suerte, de habilidades especiales… No sé, algo más, o ¿no?
Yo creo en Dios y estoy convencido de que si uno hace muchas donaciones y ayuda a los pobres eso influye en nuestros destinos. Yo creo que gracias a todo lo que he dado que mis hijos y señora están sanos. También creo que es importante tener espíritu de superación porque no sólo hay que vivir, también hay que vivir bien, ¿por qué conformarse con menos? Por mí, ojala todos los chilenos tuvieran su casa propia, de hecho, he donado más de 400 casas para la gente pobre, lo que pasa es que todas las cosas que hago no salen en los diarios porque no es mi estilo.

Hablemos de pobreza.
Ahora al verme cuesta imaginarlo, pero claro que sé lo que es la pobreza porque cuando me fui a Estados Unidos siguiendo mi sueño de ser músico estuve a punto de terminar vendiendo relojes. Y yo estaba dispuesto pero justamente tres días antes de hacerlo me llamaron de un hotel para que tocara.

Cuénteme más de esos días...
Yo terminaba de tocar y solo, sin la ayuda de nadie sacaba los cables, guardaba mi teclado y mi parlante en un auto todo rotoso que compré. Y así me la pasaba de trabajo en trabajo todo el día: tocaba en la piscina a todo sol, transpirando, también en un piano hotel para los viejitos y después por las noches en fiestas en un hotel. Así me rompía las manos y tenía que tocar piano con mis manos sangrando. De repente pasaba un gallo que me ofrecía dos dólares por cantarle cualquier canción y yo la cantaba y me ganaba mis dos dólares. Entonces, respondiendo a tu pregunta, sí, sé ganarme la plata y siempre supe que lo mío era ganarla.

¿Cómo dirimió entre el arte y el dinero? A simple vista parecen estilos de vida irreconciliables…
No fue tan difícil porque mi afán era vivir bien y tener plata. También decidí dejar de lado la música porque vi a muchos artistas chilenos que iban para allá y claro, eran famosos, pero no tenían plata ni para pagar el hotel, en cambio yo sí.

MUCHOS MILLONES DE MILLONES
Cuénteme de su viaje a Mónaco. Lo vi codeándose con el príncipe Alberto.
Hace un par de semanas estuve con el príncipe Alberto juntando plata para los niños con cáncer… Son cosas que hago de todo corazón y que no espero que se conozcan, pero ya que estamos hablando de eso te puedo contar que fui el sponsor de ese evento. Hasta mi oficina vino el equipo de la Cónsul de Chile en Mónaco, para decirme que no querían al típico millonario Pepe Pato, sino que a alguien como yo para mostrar un Chile distinto, más artístico. Yo al tiro les di la plata y en vez de llevar a los Huasos Quincheros llevamos a Los Jaivas y a la Andrea Tessa.

Cuénteme más, quiénes fueron, qué había…
Bueno, la gracia de este evento es que era para europeos y la entrada costaba quinientos euros. También rifamos cosas, uno donó un auto, otro un reloj y así se fue armando un remate. Yo no quise que se dijera que fui yo el que puso la plata pero era como evidente porque con mi señora y la cónsul éramos los únicos en compartir mesa con el príncipe. Cuando terminó, yo dije quiero dar cierta suma, y no lo hago para tirar pinta, lo hago para que otros me copien, como lo hago acá en la Teletón.

¿Eso se estila en Europa?
No, pero yo pienso que si soy un gallo joven de menos de cuarenta años y doy plata, cómo no lo van a hacer todos esos viejos millonarios que andan en yate. Bueno, cuando lo hago es para que otro se pare y haga lo mismo.

¿Y le resultó en Mónaco?
No me resultó pero siempre lo he hecho, como en Estados Unidos con Jerry Lewis. Si al lado mío se pone un cabro joven que da plata, yo no puedo quedar en menos.

¿Qué pasó después?
Se me ocurrió otra cosa y dije: anuncien que yo voy a poner la misma cifra que pongan entre todos. Y me tiré ahí, aunque ya me habían dicho que eran medios tacañitos. Entonces un tipo, que es el segundo más importante de Mónaco después del príncipe me dijo: “no acá no te van a dar nada, acá la gente es distinta. Mejor lo anunciamos de otra forma”. Y se dijo: “por cada cien euros que de cada persona, el señor Farkas lo va a doblar”. El primero en pararse fue el príncipe.

Y obvio, todos agarraron papa…
Obvio, se empezaron a parar todos. Pero después cuando fueron a recolectar la plata, de los ochocientos que se pararon, sólo trescientos la dieron. Después, a la mitad del evento se abrió el techo y tiré fuegos artificiales.

Tremenda fiesta…
Pero lo más emocionante para mí, que soy un hombre religioso, un piscis, un romántico, fue cuando el príncipe, traduciendo lo que decía el locutor en francés, me dijo: “el locutor dice que si existiera más gente como tú, no habrían más guerras en el mundo. Para mí eso fue lo máximo… Agradezco haber tenido la oportunidad de conocerlo y de haber podido ayudar.

¿Siempre le ha salido tan natural esto de abril la billetera y tirar las lucas a la pelea?
Siempre. La otra vez vino el diputado Leal y me dijo que en la ciudad de El Salado no había teléfonos ni Internet. Entonces me pegué el pique, llevé a Luis Dimas y a los tres meses hicimos la primera llamada nada menos que a la presidenta de Chile. Cuando escuché su voz me pusieron los pelos de punta… He hecho tantas cosas por los pobres que siento una tremenda satisfacción, no como otros millonarios que les importa un pucho. Yo no sé si viste pero fui elegido por un diario como el más propinero de Chile (nota de la redacción: hasta 300 mil pesos).

UN GALLO QUE NO TIRA PINTA
Esta pregunta le va a parecer una lesera pero ¿Hace el dinero la felicidad?
No: nosotros somos administradores de Dios porque él es el dueño de todo. Nosotros nacimos sin nada y nos vamos sin anda pero mientras vivimos Dios nos prueba si somos buenos administradores y si lo somos te ayuda. Por lo menos ese es mi caso.

Por otro lado, también se da sus gustos...
La plata hay que disfrutarla.

En un mundo empresarial en el que la ostentación es mal vista…
Cuando llegué a Chile un señor de un banco me invitó a su casa y me mostró un auto que tenía guardado para mostrarle a sus amigos, entonces le pregunté por qué no lo usaba y me dijo que en Chile no se podía. Es raro, no sé si tienen miedo a que vengan del Hogar de Cristo a pedirle una donación o derechamente son tacaños. Mucho se ha hablado del Rolls-Royce que me traje a Chile pero la verdad es que no soy un gallo tira pinta.

Expláyese…
Cuando me traje el Rolls-Royce me preguntaron cuánto me costó y yo dije que me lo regaló mi señora para el día del padre, nada más. Después salieron diciendo que me había costado tanta plata, que dos millones de dólares etc.

Yo leí que sólo el permiso de circulación le salió siete millones.
La verdad es que me salió diez.

¡Diez!
Pero eso no es importante. Es problema mío, además no soy loco por los autos.

Pero tiene varios Hummers.
Me gustan los Hummers porque voy a las minas y es más blandito. No me gusta andar saltando.

¿Cómo lo ven sus pares, los empresarios?
Yo me he peleado con muchos porque tienen tremendas empresas y donan apenas trescientos mil pesos. Yo no soy así, hace poco celebré el día del minero para 3500 personas y les llevé a Marlene Olivarí y les di medio kilo de carne por persona con bar abierto. Son fiestas que me cuestan harta plata pero lo hago para que los trabajadores sientan que estoy con ellos.

Cuénteme cómo es una reunión cualquiera con empresarios. Qué hablan, cómo lo miran…
Para ellos yo soy un excéntrico, pero para mí ellos son los excéntricos porque si Dios te dio la suerte tener plata y poder comprarte un buen auto es para usarlo, no para tenerlo guardado. Eso es ser excéntrico.

Hablemos del sueldo ético.
Cuando los curitas hablaron de sueldo ético fui el primero en levantar la mano. Si tú tienes una empresa en la que no puedes pagarle a una persona un sueldo mínimo de 250 mil pesos, bueno, ciérrala porque eso no me lo creo. También estoy en contra de los que contratan a empleadas domésticas, que son muchos, y no les declaran. Te hablo de la Dehesa, y cuando esa mujer se enferma o se le enferma un hijo no tiene seguro médico.

EL RUCIO
Yo lo vi en la Teletón pasada…
Fui porque pensé que si me veían, otros se podían animar. Este año espero dar mucha más plata que el año pasado (235 millones)

Pero sin duda saltó a la fama con su mega fiesta de cumpleaños…
Fue algo no buscado, era una fiesta privada.

Ya pero cuente más pues…
La invitación decía: “no se aceptan tarjetas de negocios”, porque he estado en fiestas en la que todos hablan de negocios, “no se aceptan regalos y trae zapatos para bailar”. Pude hacerla en Estados Unidos y me hubiera salido muchísimo más barato por el tema de los artistas pero quise hacerlo acá porque siempre dicen que acá somos fuleros. Y traje a mis grupos favoritos: KC and the Sunshine Band para bailar y Air Supply para los momentos más románticos.

Estupendo…
Hubo 80 bailarinas brasileras, después unos gallos de la tirana y a las cuatro de la mañana sirvieron sambuca con fuego, como me gusta a mí. Fue una fiesta que duró desde las 8 de la noche hasta las siete de la mañana, con la música a todo chancho, con los mejores vinos y desayuno.

Cómo lo trata la gente
La gente se me acerca, muy simpática y me toca para que se le pegue la suerte.

¿Esas colleras?
Me las compré en Mónaco

¿Y son finas, así?
Sí, de diamante negro y blanco.

¿Y el brazalete?
Es de oro negro con diamantes negros.

¿Cómo cuida su pelo?
Me lo corto yo mismo desde hace quince años.

Eso es cool…
Y la gente cree que me hago la permanente pero no, es natural

Ya pero el color si que no lo es…
Pero es que tú sabes que cuando uno es artista y viaja por aquí y por allá… Aunque de chiquitito siempre fui muy rubio, de hecho todavía me dicen el rucio. Me pongo bálsamo todos los días y shampoo un día sí y un día no. Cuando voy al caribe o a las minas se me pone más rubio.

1 comentario:

Cristian dijo...

La verdad que me parece bien lo de este hombre, si la gano honestamente tiene derecho a gastarla, aparte de que todo lo que pueda comprar suma experiencias total cuando se muera no se va a poder llevar nada de la plata que tiene, yo mientras tanto sigo conduciendo mi Polo Classic al trabajo