viernes, 12 de septiembre de 2008

Lo que no se vio de Yingo

¿?

Por Lorena Penjean

Catalina Palacios y Karen Paola lloran como Magdalenas. Hotuiti no consigue mirar la cámara que los productores le indican. Giovanni Canale, coordinador de piso y otrora rostro de televisión, sueña con volver a estar al otro lado de las cámaras. Camila trata a Kneza de poco hombre. Él le responde que es una tonta. Y vamos picando. Qué dijo el otro. Arenito se ha puesto un respingador de nariz. El guardia encargado de la seguridad recuerda las palabras de su esposa que le reclama porque pasa mucho tiempo en el canal. Afuera, Nicole, presidenta del fun club de Rodrigo “Gallina” se congela esperando entregarle una torta a su ídolo. Yingo es su vida, al igual que para Yocelyn, quien guarda la plata de su colación y hasta ha trabajado de garzona para hacer un lienzo a su adorado Lelo. Luces, llanto, autógrafos, chiquillos con nombres raros y fama. Yingo, el espacio juvenil que reemplaza a Mekano, y cuya tónica se funda en la competencia entre modeláis y populáis, comienza a las 18:45 pero la historia comienza antes. Pase y siéntese cómodo.

Modeláis contra populáis.
Con veinte centímetros menos y algunos kilos de más, los populáis se paran de igual a igual con los esculturales modeláis. Desafiantes y bien producidos parecen como sacados de los monitos animados. Y los niños del público mueren por ellos. Qué duda cabe, les sobra onda.

Acción. Todos bailan poniéndole harta cadera, colita y caritas. Nos enteramos que Arenito se puso respingador. También que uno de los integrantes no llegó ayer a dormir a su casa. Pero no bien pasan tres minutos Catalina Palacios lo anuncia: no todo es color de rosa en este programa. Y empiezan los enfrentamientos. Que Hxcorito con tal, que Gussy con otra. Hablan de cinismo. Se acusan de tratar mal a los fun, de insultarlos, de cortarles el teléfono, de botar los peluches que les regalan e irse fondeados con tal de no encontrarse con ellos. Fea la actitud.

A Gussy, la chica de populáis que representa a las gorditas, se le enrostra haber cambiado. “Se te subieron los humos a la cabeza”, le dicen. “Es obvio, sostiene fuera de cámara- ya no hago lo que hacía antes, por ejemplo, ya no me tomo una chela en la plaza porque tengo una imagen que cuidar. Quiero representar a todos los jóvenes que creen que sus sueños están perdidos. Yo quiero decirles que no, que se pueden alcanzar. Mírenme a mí”.

Luego, todavía al aire y luego de 30 minutos de enfrentamientos, Carol Dance sorprende a Arenita con una sentida declaración: “Estoy enamorado de ella”. Giovanni escucha las indicaciones que Alex Hernández, el director del programa, le dan por el “interno” y hace gestos para que la animadora alargue el momento. Está marcando bien. El populáis se lanza con todo. “Sé que la amo porque cuando no está siento que me falta algo, porque la necesito, porque soy feliz a su lado, porque ella es mi otra mitad”.

No llores, Cata.
Silencio. Música de pianito. Giovanni Canale hace más señas. Alarguemos. Si a eso le sumamos el llanto de Karen Paola, que se emociona porque ve reflejada su propia historia de amor televisada en MeKano, y la catarsis de la animadora, que se pone a llorar cual Magdalena, estamos frente a un programa “lleno de emociones”. Un éxtito. Catalina explica, con la voz entrecortada: “A veces uno cree que el amor no existe, que estas cosas no pasan. Y en este medio que es tan difícil… Y no solo este medio: la vida es difícil… entonces encontrar el amor es maravilloso…”. Luego Hotuiti también se sube al carro de las sentidas declaraciones pero sin mayor éxito.

Corte. Nos vamos a Comerciales. Karen y Catalina corren a camarines. Están afectadas.
Los técnicos comentan lo respingada que está la nariz de Arenito: “La debe tener morada”. Ríen.

Yingo es mi vida
Nicole tiene dieciséis años y es la presidenta del fun club de Rodrigo “Gallina”. Como todos los días ha llegado hasta Chilevisión para entrar a Yingo. Pero hoy es un día especial, hoy ha venido con una torta para celebrar el cumpleaños de su ídolo. Pero no sabe si la dejarán entrar. Cruza los dedos para que así sea porque el único sueño que tiene en la vida es lograr que su homenajeado sea feliz. La felicidad de Rodrigo es también la suya. Está enamorada y pese a todos sus esfuerzos no sabría decir si tiene alguna posibilidad. Tampoco se hace ilusiones.
“Mi mamá está feliz con todo lo que hago porque prefiere que venga a Yingo en vez de que esté en la calle robando o drogándome. O sea, si yo soy feliz ella es feliz”. En resumen, si Rodrigo es feliz tenemos a Nicole y por rebote a su madre feliz.

Cerca de ella está Yocelyn Parra, también de dieciséis años. Ella es presidenta del fun club de Lelo, un chiquillo de pelo, ojos y uñas coloridas de populáis. Ahora está empeñada en juntar dinero para mandar a hacer un lienzo en homenaje a Lelo. También para celebrar su cumple. Pero le ha costado. Ha tenido que sacar de su bolsillo, de la plata de su colación. El otro día incluso trabajó de garzona para lograrlo. Pero es recompensada: cuando termina el programa Lelo deja que lo acompañe en el metro. Cuando a Lelo lo tratan de gay, ella, toda chiquitita, se arma de valor y bien choriza los enfrenta: “¿Qué te pasa con el Lelo? Yo soy su fan así que no le grití huevadas”.

Acción
Camila, -la pequeña Raquel Argandoña del programa, la misma que afirma que goza cuando la abuchean, que prefiere que no la quieran a pasar desapercibida, que todavía no termina la enseñanza media y cuyo sueño es ser panelista de algún programa de farándula-, comienza el drama de hoy afirmando con virulencia que no le da más de un mes a la pareja de Carol Dance con Valentina. Igual mala onda. Los chicos se proyectan como pareja.
Y vamos de nuevo. Qué dijo el otro. Camila no aguanta el juego que ella misma creó y sale llorando. Se encierra en su camarín. Una productora va a consolarla.

Afuera, los niños de la torta siguen esperando. Les han anunciado que sólo dos podrán entrar. Son seis. Nicole está asegurada: ella compró la torta. Queda sólo un cupo. Silencio. Oscurece. Hace frío.

Una bolsa con espuma
Giovanni Canale, ex conductor de “Interferencia, tu hora total”, pasó de ser rostro de tevé a ser coordinador de piso de Yingo. Y entre que escucha las indicaciones que Alex Hernández le da por “interno” y dirige en terreno toda la “parte técnica y artística”, reflexiona sobre el alcance del programa. “Yingo es la historia de un grupo de jóvenes cualquiera con la salvedad de que es televisada”. Su objetivo: “sensibilizar, explicarle a los cabros que hablando se pueden solucionar las cosas no sólo con la descalificación gratuita sino que por medio del diálogo”.

Si bien Giovanni se siente cómodo trabajando, hay días que se siente cansado. Lo agota trabajar con chiquillos, controlar su efervescencia, lidiar con sus egos. Pero a su favor tiene la experiencia de haber saboreado la fama. “Tuve mis quince minutos”.

Y también tiene un sueño. Pese a que siente que recibió todos los aplausos que tenía que recibir, la verdad es que le encantaría volver a tener pantalla, entre otras cosas por un asunto de ingresos: “Estar frente a cámara rinde más que estar detrás de ellas”.

Mientras eso suceda, Canale guía a sus pupilos explicándoles que la fama es como una bolsa con espuma que puede estar llena, que puede subir o desvanecerse dependiendo de la verdad del trabajo. “Como en la teoría de Stanislavsky, se trata de buscar la esencia del personaje en ti, de trabajar con verdad”.

El programa sigue. Camila permanece aún encerrada en el camarín. Afuera, los cuatro niños que no pudieron entrar están desconcertados. Una niña llora. Otro duda: “¿Y si nos vamos para la casa? Estoy congelado, nos vamos a agarrar una pulmonía si seguimos aquí”. Todos lo reprueban con la mirada.

Doble turno
Un guardia de seguridad contiene a los chicos del público que gritan, lanzan peluches y piden autógrafos. El hombre llegó a las 7:30 de la mañana. Saldrá cerca de las 12 de la noche. Es que le ofrecieron doble turno y aceptó: 14 mil pesos extras no dejan de ser. Entre el griterío del público recuerda a su esposa, quien le reclama porque pasa demasiado tiempo en el canal: “qué quieres qué haga, necesitamos la plata”, se disculpa. Pero mientras las chicas bailan en el escenario algún regeatón, el guardia sonríe tímidamente: si todo sale bien, en octubre terminarán las peleas con su mujer. En octubre volverá a trabajar en las imprentas de un diario. Le pagarán mejor, tendrá más tiempo y estará haciendo lo que le gusta. “Las máquinas son bacanes”.

En ese momento Camila vuelve al plató amurrada. Sus ojos están rojos, mitad por el llanto, mitad por la rabia. Giovanni escribe en un pizarrón las indicaciones para los animadores. Hotuiti se va a comerciales mirando la cámara equivocada y afuera, los niños se congelan.

Corten
El programa ha terminado. Algunos populáis se quedan firmando autógrafos. Los modeláis partieron soplados. En camarines, una niña con cáncer invita a Cata Palacios a su cumple. Ella guarda la invitación en su parka y se despide de ella con un mega abrazo. En el casino, mientras todos están con sus grupos, Camila come sola. Dice que lloró y se fue del estudio porque prefirió eso antes de “dejar la cagada”. Por su lado pasa un grupo feliz. Ella mastica con desgano.

El reloj marca las nueve. Giovanni revisa la pauta de las grabaciones que empiezan en unos minutos. El guardia ordena la salida del público. Aún le quedan cerca de tres horas de trabajo. Nicole entró con la torta. Sus amigos siguen afuera. Ahora sí que hace frío. Se quedarán hasta ver a sus ídolos, aún así llegue la medianoche. Ya está decidido.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Jajaja

Está filete
¿La publicaste en algun diario?

Salu2

lorena penjean dijo...

Qué bueno que te gustó. Y sí, esto salió pubicado en el reportajes de un.
vale, salu2