viernes, 12 de septiembre de 2008

Michelle Bachellet, ministra de defensa y “Estrellita mía”: No soy ninguna víctima

Su hija de diez años lloró cuando vio su biografía en la televisión. No es para menos, su padre –el general de la Fach Alberto Bachellet- murió tras ser detenido por “traición a la Patria” y torturado después del golpe militar de 1973. Luego, la DINA la detuvo junto a su madre en Villa Grimaldi y Cuatro Álamos. Como si fuera poco, a su madre la expulsaron del país y con sólo 22 años debió partir al exilio. Pero la primera ministra de defensa de Chile y Latinoamérica nunca ha experimentado ansias de venganza; es como “estrellita mía”, la protagonista de una teleserie. Médico cirujano, Michelle Bachellet no habla con su padre muerto, no ve complots por doquier y encuentra sospechoso que justamente cuando se creía que iban a haber avances en el caso Spiniak, saliera a la luz la información de la homosexualidad del juez Calvo. En el ministerio es la reina; todos los hombres se le cuadran y la saludan amablemente. Ella sonríe con su carita de ángel.

¿No le parece que esto que partió como el “caso Spiniak” ya parece un salpicón de caca?
Tengo una sensación de incomodidad porque, bueno vengo llegando de una gira, y por lo tanto, aún no he logrado interiorizarme en todo lo que ha pasado. Tal vez, sólo mencionar dos cosas. Una, que uno se pregunta cuál es el límite entre la necesaria transparencia que debe existir en la información y la privacidad de las personas. Segundo, es que el final, cuando uno se queda en ciertas situaciones finalmente pierde de vista el tema de fondo que en este caso era la investigación de un delito grave y complejo como la pedofilia. Uno se pregunta si lo que ha sucedido con el juez Calvo es accidental o si hay otras intenciones de fondo, porque llama la atención del por qué ahora, por qué en estos precisos instantes cuando parecía que iba a haber resultados en el proceso salta esta información. En la vida uno aprende a que estas cosas no son gratuitas ni accidentales, yo no tengo ningún antecedente pero me pregunto como ciudadana, como persona que trata de entender lo que pasa y no ser un receptor pasivo, hasta dónde vamos a llegar, cuál es el plano de lo público y lo privado, cómo, asegurando transparencia, no contribuimos a dar la falsa sensación de que aquí todas las instituciones están podridas, corruptas y que no dan garantías.

Hablamos de los límites entre lo público y lo privado y extorsión. Algo parecido le pasó a usted con la revista Qué Pasa cuando le sacaron al baile un pololo frentista...
Claro y tiene que ver con esto porque cuando querían que yo dijera sí o no y yo hice mi declaración hubo gente que quería que yo dijera más cosas pero no lo hice porque no soy delatora y si yo había tenido una pareja con ciertas características yo no la iba a sacar al baile. Finalmente, cuando los medios lo hicieron, bueno, yo reconocí que había sido mi pareja porque él lo hizo primero, pero yo soy muy cuidadosa y tengo mucho respeto por la gente. Que a mí me califiquen por mi desempeño, incluso por esto que me parece absurdo que es mi peinado, mi ropa, mi físico, pero hay que respetar la privacidad de las personas.

¿Cómo evalúa esto que ha ocurrido con el juez Calvo?
Me parece que si no somos capaces como sociedad de contestarnos estas preguntas vamos a llegar a la descalificación de todas las instituciones porque, probablemente, los seres humanos son diversos y tienen distintas condicionantes de distinto tipo, algunas de las cuales en la cultura chilena suelen ser tremendamente castigadas. Todos los ciudadanos tenemos que responder de la misma manera si hemos cometido faltas o delito. Yo no me refiero a eso cuando digo que tenemos que cuidar la privacidad, todos tenemos que responder por nuestros actos. El punto es que ¿vamos a transformar Chile en un reality show? ¿Es alguien puro y perfecto cien por ciento? Estamos viviendo una cuestión tremenda frente a la cual se tomó la decisión que corresponde, que la justicia lo analizara y en menos de treinta días el juez que está a cargo de la investigación es neutralizado con una noticia bomba que lo afecta en su vida privada, no en su desempeño profesional.

Muchos la van a pensar dos veces antes de querer involucrarse en la vida pública...
Hay mucha gente que ha experimentado tales niveles de inseguridad que cuando estuvo cuestionado lo moral y lo ético dentro de la administración pública, aún ofreciéndole cargos no quiso aceptarlos porque no querían ser cuestionados.

¿Usted tiene memoria de otro escándalo de estas características?
No sé si es escándalo la palabra que a mí me surge, creo que es dramático para las personas involucradas y para la sociedad en general. No podemos perder de vista lo principal que son los niños, pero cuando uno dice eso hay gente que cree que se está tratando de tapar cosas y ese no es el punto.

¿Qué le parece que Longueira vea complots por todos lados?
Yo no soy dada a pensar que todo obedece a complots y conspiraciones, pero a uno le llama la atención que después de lo que hemos visto hoy se revele un hecho que podía ser conocido por otros de antes. Esto no puede ser tan accidental, pero yo no quiero entrar en especulaciones mayores, tan sólo uno preguntar por qué pasó esto ahora, justo cuando había una buena valoración de la acción del juez en este y en otros procesos en los que él ha tenido parte. El juez Calvo ha estado en muchos procesos de derechos humanos y en su desempeño ha sido evaluado como un juez muy estricto y muy trabajador.

Esto me recuerda cuando en la franja del Sí pusieron a la primera esposa de Ricardo Lagos hablando pestes de él...
Justamente esas son el tipo de cosas en las que nuestra sociedad no puede caer; que situaciones dolorosas y complicadas de las vidas personales sean usadas con fines políticos oscuros. Yo nuca haría algo así.

¿Ha sido desmedida la reacción de Longueira?
Siempre es mucho más recomendable prudencia y serenidad para tomar las decisiones correctas. Desconozco el detalle porque no estaba en Chile. No me estoy corriendo, sólo puedo decir que cuando uno está en política no debe perder nunca la capacidad de tomar las decisiones con calma.

Y qué le parece que Guzmán le hable para datearlo en la investigación...
Entiendo que existe gente extremadamente religiosa y con mucha fe que se apoya en distintas imágenes...

Y las escuchan hablar...
Que se aferran a eso.

¿Usted habla con su papá?
Nunca.

Pero si no es tan terrible hablarle a alguien muerto, de ahí a que te contesten es otra cosa...
Jamás he hablado con mi padre. Lo que me ha sucedido es que he querido en más de una ocasión tener a mi padre presente para que hubiera podido jugar con sus nietos, para que lo hubieran conocido. Yo no hablo con él, yo no funciono así, tengo muy clara la realidad de que mi padre no está.

ESTRELLITA MÍA
Vi su biografía en la tele y me pareció que usted era como “Estrellita mía” ¿se acuerda de esa teleserie? A la protagonista le pasaban la de tragedias y mientras más malas eran las cosas que le pasaban más buena se ponía...
Tú no miras para atrás diciendo “mira qué tremenda esta vida que he tenido”, porque es mi vida y yo la he vivido en cada uno de sus momentos, con los buenos y los malos, además me imagino que hay muchos chilenos que han pasado por cosas similares o de otra categoría que tienen sus propios dolores y cicatrices. Lo que tú dices es cierto, en ese programa como en otros, las preguntas de los periodistas te obligan a retrotraerte en el tiempo y eso es algo que me ha pasado mucho este año. Esto de los treinta años hizo que se desatara una locura periodística por conocer parte de mi vida y recordarla. Sucedió un momento muy duro porque salieron de la guata cosas de las que no tenía recuerdo que habían existido y que eran muy fuertes. Este año ha sido duro en ese sentido para mí, porque he debido recordar elementos de la vida, algunos muy buenos y otros muy tristes... como que renace el dolor que uno sentía que estaba tranquilo.

¿En qué otras ocasiones renace el dolor que usted siente dormido?
Cuando uno lee noticias, ve programas, escucha música o pasa por lugares que te traen recuerdos. La primera vez que fui a la Villa Grimaldi, hace tres o cuatro años para la inauguración del parque de la Paz, fue muy fuerte porque reviví la sensación de estar privada de libertad. Antes de eso, apenas llegué del exilio fuimos con mi mamá a verla por fuera, porque de ahí salimos con los ojos vendados. Sabíamos que era la Villa Grimaldi porque cuando yo estuve detenida una de las mujeres reconoció las baldosas del suelo que su marido había instalado cuando esto era una villa privada. Con mi madre sentimos una sensación de tremendo dolor por lo que nos había pasado como país y a nosotros como familia, también porque hay gente que estuvo ahí y que ahora está desaparecida.

De verdad que me recuerda a “Estrellita mía”...
Yo no soy ninguna víctima.

Pero es buena...
No me siento así, debe tener que ver con la formación de mi familia que hemos tratado de ser justos con las cosas. A mi madre le pasa lo mismo; habiendo pasado por situaciones súper duras no experimenta ganas de venganza brutales, como le podría pasar a otra gente. Tengo sentimiento muy profundo que no es producido ni es pose y que tiene que ver con que aquí nunca más jamás nadie pase por una cosa así. No se trata de que yo sea un ángel o sea perfecta, yo tengo personas en mi mente a las cuales les tengo una bronca grande.

No le creo...
No voy a decir los nombres, el asunto es que no soy perfecta y siento rabias profundas pero al final, en verdad me surgen estos otros sentimientos más propositivos que tienen que ver más con cómo construir un país mucho mejor. No es la idea decir “sígame pegando, que aquí voy a estar yo, siempre digna sin moverme”, no, yo no pretendo que me sigan pegando ni voy a dejar que me sigan pegando.

Usted se ha encontrado en el ascensor con Moren Brito ¿No se le apretaba la guata, no le tiritaban las piernas de nervios o rabia?
Son procesos. La primera vez que me lo encontré fue mucho más difícil que las últimas ocasiones. Yo fui asumiendo que vivía en el mismo edificio que él y que me lo iba a encontrar muchas veces más mientras la justicia no definiera otra situación. Él iba mostrando hasta físicamente lo que le pasaba con las detenciones, con los cargos, con esto de que fuera público. No es una persona con la cual me sea grato encontrarme pero entiendo que la justicia debe determinar si es que tiene que terminar en la cárcel o no.

En algún momento le deben haber dado ganas de encararlo, de pegarle un combo...
Después de las primeras ocasiones y luego de que nos identificó a mí y a mi madre, si nos veía disminuía el paso para no encontrarnos cara a cara. Creo que para él debe haber sido más difícil que para nosotras, él nos evitaba notoriamente.

MARIHUANA, LA DECADENCIA DE LA BURGUESÍA
¿Usted hace dietas?
He tratado, es la historia de mi vida. Trato de hacer dietas pero me cuesta porque soy buena para comer. Quiero estar mejor de salud para tener mucho más ánimo y energía; quiero sentirme mejor y por eso es que esta vez estoy tratando seriamente de bajar de peso.

¿Lo pasa muy mal tratando de adelgazar?
Lo hago pero vuelvo a pecar y empiezo a comer con entusiasmo. Como el síndrome del yo-yo que uno baja y sube.

No me diga que hace la dieta de la Fuerza Aérea...
Hago la peor dieta para mí, que es comer menos y comidas más hipocalóricas. También voy al gimnasio a hacer gimnasia entretenida porque me encanta bailar.

¿Sale a bailar?
No, porque no tengo tiempo y estoy hecha una fome.

¿Con los amigos es de las que corre le mesa y saca a bailar?
Por supuesto, ahora más que antes porque antes era más tímida. Ahora se da esta cosa fantástica de que como una es ministra nadie se atreve a decirte que no. En fiestas un poquito más formales donde ponen música y saco a bailar siempre me dicen que sí ¿no te parece fantástico?

¿Qué le queda de hippie?
Me queda, entre comillas, el hecho de ser una persona súper sencilla, como que los valores básicos los mantengo en términos de hacer todo por la paz, la solidaridad en el sentido de valorar lo esencial y no lo superfluo.

¿Fumó marihuana?
Nunca y no estoy mintiendo. Yo no sé si era una tremenda gansa pero lo cierto es que mi grupo de amigos en la Escuela de Medicina no fumaba marihuana. No éramos gansos, bailábamos, pololeábamos y hacíamos todo lo que hacen los jóvenes.

¿Nunca le dieron ganas, ni siquiera por curiosidad?
Alguna vez vi en fiestas y en manifestaciones gente que fumaba marihuana. Recuerdo un olor espantoso que llegaba a doler la cabeza y a picar los ojos, también vi a cabros medios volados haciendo leseras. Además, por una cosa media dogmática yo sentía que esto era como la decadencia de la burguesía; yo pertenecía a las juventudes socialistas y esto de la marihuana era parte de los vicios de esta burguesía decadente.

¿Tomaba algún trago?
Pero claro, en esa época se usaba mucho el Tom Collins. En mi casa mis abuelos y bisabuelos fueron viñateros y enólogos franceses que llegaron acá a trabajar a la viña Subercasaux, de hecho, el senador Gabriel Valdés conoció a estos bisabuelos míos. Los Bachellet siempre se dedicaron al vino. En mi familia, mi padre siempre dijo que desde cierta edad se me sirviera vino para que yo aprendiera a tomar y cuando fuera mayor supiera manejar el tema del vino. En mi familia se tomaba vino pero no en grandes cantidades. Cuando estaba en la universidad tomaba o vino o cerveza. Hoy yo tomo vino, cerveza o vodka tonic.

En las entrevistas siempre le preguntan por el amor, como que todos quieren verla pololeando. ¿Le dan ganas de pololear? Parece que conforme pasan los años es más difícil encontrar pareja...
Es difícil pero soy una mujer optimista por naturaleza. Yo veo muchas mujeres de mi edad solas que establecen relaciones que no siempre fructifican en relaciones positivas y duraderas... no es fácil a esta edad.

¿Será la edad la que a una la pone más descreída?
Las mujeres que ya tienen más años y que han tenido otras experiencias afectivas tienen un tipo de belleza diferente, más añosa, sin la frescura de la juventud. Sabiendo que es injusto generalizar, creo que las mujeres jóvenes son vistas como más atractivas y sexy para los hombres que las mujeres mayores pero también pasa que las mujeres se ponen más exigentes, empiezan a querer otras cosas, a querer que las quieran bien y descubren que después de haber estado harto tiempo solas, que pueden hacerlo, que pueden pasarlo bien, que pueden estructurar su vida adecuadamente. Yo tengo amigas que se han separado y cuyos esposos se han buscado mujeres más jóvenes, interesados en otro tipo de proyectos. Tal vez se sienten más hiper exigido por este tipo de mujer que lo quiere todo, quiere mucho más y siento que eso a veces es un problema.

¿Sufre usted del cliché de la soledad del éxito?
No me quejo.

DON’T ASK, DON’T TELL
¿En Chile operan organismos de seguridad, de inteligencia?
Cada rama de la defensa tiene una dirección de inteligencia que se preocupan de la defensa exterior, no a investigar a los chilenos.

No existe nada ni parecido a la CNI...
En Chile no hay una policía política que haga, por ejemplo, archivos de los dirigentes políticos. Existen estructuras de inteligencia, de análisis en las fuerzas armadas pero que no hacen seguimientos ni ningún tipo de tareas internas.

Existe gente que detrás de cada maniobra medio turbia se imagina que detrás de todo hay militares...
La información que yo poseo me indica que eso no sucede. Lo que puedo decir de tipos de estructuras como la CNI es que no están en las políticas institucionales ni en las políticas ministeriales, es decir, no hay ninguna instrucción ni directiva de este ministerio que permitiera que existiera la existencia de un organismo de esas características.

¿Cuál es su relación con los militares en retiro?
Ellos tienen una serie de estructuras de distinto tipo, de oficiales y suboficiales y con alguna frecuencia solicitan audiencias para ver algunos temas. Yo los recibo y me reúno con ellos para escuchar sus planteamientos. La gran preocupación de ellos ha sido el tema previsional.

Eso en el ámbito profesional...
En las distintas ceremonias de las fuerzas armadas uno se encuentra con generales o coroneles en retiro y las relaciones son las que corresponde entre un ministro y uniformados en retiro.

Tal vez ellos no la quieran tanto...
Sin que hubiera habido alguna frase a ese respecto en algunos casos pude notar que no era alegría lo que había en sus rostros. En términos del poder real que puedan tener estas instituciones yo diría es por vínculos familiares o sociales pero en esencia las instituciones de las fuerzas armadas son disciplinadas y jerárquicas y son los comandantes en jefe en ejercicio los que dirigen la institución.

¿Por quién votan los militares?
Uniformados de alto nivel sostienen que al interior de las fuerzas armadas se da la misma estructuración política que en el resto de la sociedad, o más o menos la misma... probablemente algunos partidos tan de izquierda no están tan representados. Desconozco por quién votan los militares pero mi impresión es que, al igual que mucha gente, están votando por personas y no necesariamente por ideologías.

¿Cómo se maneja el tema de la homosexualidad en las FFAA?
No hay ninguna materia escrita sobre eso porque en la medida que eso esté en el ámbito de lo privado no afecta a la institución. No está escrito en ninguna parte que pudiera haber alguna incompatibilidad con un cargo por el echo de la orientación sexual, religiosa o política.

Aquí no hay nada escrito y al parecer ni siquiera se ha conversado...
Hay países donde la política es don’t ask, don’t tell, es decir, no preguntes ni digas: es tú vida y mientras no interfiera con tu trabajo está todo bien. No debiera haber discriminaciones en función de opciones individuales, como creo que no debiera pasar a retiro alguien que se separa. Hay en la normativa algunas consideraciones como que mientras usted está en una escuela no puede casarse ni tener hijos porque no tiene los ingresos suficientes, porque requiere tiempo y dedicación exclusiva. Para casarse tienen que ser subtenientes y deben pedir permiso a la institución.

¿Eso pasa?
Yo he planteado la revisión de esas materias porque nos ha pasado que estupendos cadetes han embarazado a la polola y han tenido que dejar la institución. Claro, así son las reglas y ellos las aceptaron, desde el punto de vista legal y administrativo eso es correcto pero creo necesario revisar esos supuestos.

Si dos soldados homosexuales fueran sorprendidos pololeando ¿los botan?
Ese tema no lo hemos tratado.

Quizás esto pasa y usted no se ha enterado porque lo solucionan en otras instancias...
Es posible pero no es un tema que yo haya tratado con los comandantes en jefe.

EL FUNERAL DE PINOCHET O EL DOLOR DE CABEZA DE LA MINISTRA
¿Qué ha sabido de la salud de Pinochet?
Él está en permanente control y tratamiento por parte de sus médicos y las veces que ha sido necesario, que ha tenido un accidente ha sido hospitalizado.

Usted está al tanto de su estado de salud...
Me informan.

¿Por qué le informan?
Porque generalmente, pese a que el general no es un actor político relevante hoy, siempre este tipo de situaciones provocan un grado de interés periodístico y conmoción.

Si muriera Pinochet ¿Usted tendría que ir al funeral?
...

¿Tiene que ir por protocolo?
...

Dígame algo ministra...
Frente a situaciones de esta naturaleza existe una serie de reglamentos, protocolos que hay que cumplir pero no es un tema sobre el cual me he dedicado a investigar.

No le creo. En todo caso, si no lo ha investigado debiera hacerlo porque todos sabemos que el general está en la pitilla...
Yo espero que él continúe con su situación de salud.

¿Va a tener que ir o no al funeral? Usted se agarra la cabeza pero quién sabe, capaz que tenga suerte y fallezca justo cuando usted ande de viaje y así se ahorra todo el mal rato...
...

¿Le da lata el tema?
Dejémoslo hasta acá.

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